Cruzar barreras ~ Podcast número 21 en español

Podcast de Amida Shu 21: 17 de mayo de 2020: traducido por Nando Maril

Hemos llegado a una etapa de la crisis del coronavirus en la que el confinamiento se está suavizando gradualmente. Los viajes, poco a poco, se están liberalizando otra vez. Se están levantando barreras para que las personas puedan cruzarlas y encontrarse con sus seres queridos.

Acabo de leer un informe sobre ciudades que tienen varias fronteras, como Basilea, en donde se encuentran Alemania, Suiza y Francia. Cada parte de la ciudad está en uno de los tres países. La gente está acostumbrada a trasladarse de un país a otro como parte de su rutina diaria.

Cuando bajaron las barreras y no se nos permitió salir de nuestro país, los padres a veces no podían ver a sus hijos, los amantes no podían encontrarse. Era una gran restricción. Estar separado de los que amas es una de las ocho aflicciones que enumera el Buda cuando habla de dukkha en las Cuatro Nobles Verdades. Ahora están subiendo las barreras y las personas pueden volver a encontrarse.

Esto me ha hecho pensar en una época de hace años cuando estaba en Japón y fui a visitar el templo de Taima-dera. Me recibió en el templo un joven sacerdote que me conocía ya que había estado en una de mis conferencias en la Universidad de Bukkyo. Estábamos muy contentos de vernos y él se ofreció a mostrarme el templo. Esto fue un privilegio y una ventaja porque él podría llevarme a lugares del templo que no siempre eran accesibles para las personas que venían simplemente como turistas. Entonces, me mostró el lugar. Fue muy agradable. Y me dijo: —¿Te gustaría ver la estatua de Honen? —. ¡Bueno, Honen Shonen, uno de mis grandes héroes!

Honen Shonen fue el gran divulgador del Budismo Tierrapura en Japón. Gracias al resultado del trabajo de Honen tuvo lugar toda la reforma del Budismo en Kamakura. No solo el establecimiento de la Escuela Tierrapura, sino también el surgimiento del Zen Rinzai, Soto Zen, Nichiren y demás. Por tanto, Honen tuvo un gran impacto en la historia del Budismo en Japón. Fue una especie de hito. Sea como sea, un gran héroe para mí.

—¡Sí, por supuesto, me encantaría ver la estatua de Honen! —. Y cruzamos el patio hasta una esquina del templo, me llevó a un área pequeña y dijo: —Por favor, siéntese aquí —, y me senté en esta habitación. Estábamos solos, cruzó al otro lado, quitó una pantalla y allí estaba la estatua de Honen. Estaba tallada en madera. La madera se había vuelto muy oscura con el tiempo. Era una estatua de tamaño natural. La tradición dice que fue tallada en vida por un hábil tallista de madera que era devoto de Honen y de Tierrapura. La talló en secreto. Hacía muchas observaciones de Honen y luego la tallaba; y finalmente produjo esta estatua, una estatua de tamaño natural. Cuando estuvo hecha, se la presentó a Honen como regalo y, según la tradición japonesa, invitó a Honen a pintar los ojos. Dicen que cuando pintas los ojos de una estatua, la estatua cobra vida. Me senté allí, allí estaba la estatua, sentada en el suelo como yo, de tamaño natural. Rompí a llorar.

Era como si se hubiera levantado la barrera. Se nos había permitido encontrarnos. No solo a través de una frontera nacional, sino a través de los siglos. Algo de Honen entró en mí ese día. Nunca lo olvidaré.

Muchas gracias
Namo Amida Bu
Dharmavidya

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