Podcast de Amida Shu 55: 24 de julio de 2020: traducido por Nando Maril


En estos días vivo solo en una casa de campo rústica en la campiña. Viviendo solo puedo seguir mi propio ritmo. Me voy a dormir cuando estoy cansado, me levanto cuando me despierto. Quizás salgo y disfruto del ambiente tranquilo del amanecer antes de que salga el sol. Hay algo mágico en esa sensación de madrugada: el aire tranquilo, el completo silencio y el frescor, porque ahora mismo es verano y a medida que sale el sol y avanza el día, la temperatura subirá. Aumenta hasta los treinta y tantos grados centígrados por aquí, en este momento del año.

Las estaciones aquí son muy distintas: el verano es caluroso, el invierno es frío, la primavera es húmeda y el otoño es brumoso. La vegetación cambia en consecuencia. Todo alrededor, estos días, es como un mar de oro pálido. Y luego, en la distancia están los árboles porque esencialmente, yo vivo en un pequeña foresta, en un pequeño bosque.

Viviendo en sintonía con las estaciones, viviendo en sintonía con la tierra, consciente del cielo, las fases de la luna, las estrellas en la noche, el clima cambiante. Cuando va a llover, generalmente viene del oeste y se pueden ver las nubes reuniéndose en la distancia antes de que lleguen. Y puedes sentirlo en el aire. De hecho, necesitamos algo de lluvia ahora. Estamos en medio de una sequía bastante prolongada. Todas las plantas tienen mucha sed.

Estoy muy sintonizado con las plantas. Como mi madre, voy y hablo con ellas, atiendo sus necesidades y pienso en sus vidas, en lo diferentes que son.

Supongo que, en cierto modo, soy una especie de anacronismo, porque así debía ser la gente hace mucho tiempo. Vivir en un mundo animado, rodeado de espíritus de un tipo u otro, sintiendo sus efectos, sus impactos, sus necesidades, sintiéndome parte de este mundo natural, todas sus diferentes corrientes fluyendo juntas o separándose, en constante cambio.

Es muy diferente a la vida en una ciudad. Tengo largos períodos en los que no veo a nadie en absoluto. En un año normal habría visitantes de verano. La gente viene y se queda por un tiempo, pero solo ha venido uno en lo que va del año, debido al virus.

Hay algo muy curativo en la soledad. No tengo que ir a un retiro, mi vida es un retiro. Vivo cerca de los espíritus y me mantengo en sintonía con las estaciones, un poco como un viejo Taoísta.

No siempre he vivido así y nadie puede predecir el futuro, pero por el momento, esto es lo que me ha sido asignado. Aceptar lo asignado es parte fundamental de la vida espiritual.


Los seguidores de Buda fueron llamados bikkhus, lo que en esencia significa: alguien que acepta lo que se le asigna.

El gran maestro Zen Dogen escribió un ensayo fundamental llamado Genjo Koan. El término koan en los escritos de Dogen significa esencialmente: aceptar lo que se te ha asignado.

El Buda Amida es el Buda de la Aceptación Total. Aceptar lo que viene es la base para una vida espiritual sana. En cada jornada aceptamos nuestro pan de cada día.

Hoy hay algunas bandas de cirros blancos en lo alto del cielo azul. Quizás dentro de poco caerán unas gotas de lluvia y todas las plantas volverán a resplandecer. Mientras tanto, todos disfrutamos de lo que tenemos.

Namo Amida Bu

Muchas gracias

Dharmavidya

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