Publicado por David Brazier el 8 de mayo de 2017 en el grupo de “Budismo”

Como continuación de los comentarios de Recopilación de Práctica y Fe

 

COMENTARIO

La fe firme es Anshin. An-shin significa literalmente “el corazón-mente en paz”. Se puede hablar de distintos modos o dimensiones de fe y anshin es una de ellas. Así podemos distinguir entre anshin, shinjin, bodaishin y abhilasa. Los tres primeros términos son japoneses y el último sánscrito.

Shinjin significa el tipo de fe que de repente se ilumina sobre uno. Es la experiencia del despertar o la conversión. Puede tener la forma de satori, o, en términos más tradicionales de Pureland, es la experiencia de ser "arrebatado por Amida, para nunca ser abandonado". Es el amanecer de la certeza y la confianza. Es el momento de inflexión. Las Escrituras de  Tierra Pura dicen que uno sólo tiene que volver el corazón hacia Amida para quedar lleno de gracia y seguridad. Esto, por lo tanto, es una especie de éxtasis o catarsis.

Tales experiencias elevadas son indelebles, pero no se mantienen en un tono tan alto. Se tranquilizan y se asientan. Mientras que, en shinjin, Amida puede llenar nuestra conciencia, en  anshin, esa fe se ha asentado en el fondo de su ser. No se piensa en ello todo el tiempo, pero resurge con bastante frecuencia. De hecho, cada pequeño acto de vida es de alguna manera tocado por ella, aunque la calidad de la luz en la que uno vea las cosas se haya alterado sutilmente. La vida tiene un resplandor que no estaba allí antes.

Cuando esta fe firme se asienta, se manifiesta particularmente de dos maneras. El primero de ellos es abhilasa, que es la voluntad. Esta postura se asemeja a veces al buen posadero al borde de la carretera. Los viajeros vienen y uno atiende a todos ellos. Algunos son ricos, otros son pobres, otros son buenos, algunos son maleducados, otros son excelentes huéspedes mientras que otros crean desastres o  problemas. Sin embargo, el buen posadero les da la bienvenida a todos, les refresca y ofrece descanso y luego los contempla en su camino. Esta es una condición de buena voluntad no posesiva, que desea únicamente que otros prosperen en su propio camino y tengan éxito en su viaje, a lo largo de su camino particular.

El segundo es bodaishin o bodhichitta. Esta es la "la mente que busca". Es también el camino de abandono al servicio de todos los seres sintientes. Es la mente del bodhisattva. Aquí la fe toma la forma de altruismo espiritual. Mientras abhilasa recibe lo que viene, el bodhichita sale a buscar maneras de servir. Este es el camino del caballero espiritual errante que salía de Shambhala, buscando el grial y rescatando a todos los que están en apuros a quienes encuentra en su  camino. En cierto sentido, abhilasa y bodhichitta son dos caras de la misma moneda.

Podemos ver que la fe firme es la base permanente. Es cuando Shinjin madura y se convierte en algo sólido y confiable, una llama inextinguible. De esa luz surgen naturalmente las motivaciones de bodhichitta y abhilasa. Si uno tiene la paz interior que procede de una fe firme, entonces no hay obstáculo interior para salir adelante y lo que sea que llegue será  experimentado simplemente como otro paso en el camino. Esta es la epopeya del budismo, el fluir del corazón del tathagata en su búsqueda para salvar a todos los seres sintientes.

Esto es aplicable en las enseñanzas de Honen en el acto de senchaku. Cuando se toma la decisión esencial de tomar el refugio ofrecido por los Budas y se clama "Namo Amida Bu", esto no es un estrechamiento, sino una apertura. Todas las prácticas, todas las circunstancias y todas las condiciones se transforman repentinamente en el camino de la iluminación. Esto no difiere del sendero del tantra o del zen de forma esencial - es el despertar repentino a la gran liberación. Esto no depende de una práctica particular. No es un logro técnico. Es una inflexión.

Cuando no estamos seguros de algo sentimos ansiedad. Cuando se resuelve el asunto, la ansiedad desaparece. Esto puede suceder en muchos niveles. Uno puede estar ansioso acerca de si hay azúcar para el té, o uno puede estar ansioso acerca de si el enemigo va a invadir. Hay muchos niveles y grados. El nivel más profundo es espiritual. La persona que se asienta en el nivel espiritual todavía experimentará todas las angustias menores, pero no calarán tan profundo, porque debajo de ellas se asienta el lecho de roca de anshin. Con esa base uno es "inalterable". El progreso espiritual es entonces inevitable. Puede llevar mucho tiempo, pero nuestro océano de codicia, odio y ilusión tiene un límite, un fondo. Ese fondo es Amida.

Es como el pequeño poema de Saichi ...

 

El océano está lleno de agua

Tiene el lecho marino para sostenerlo

El viejo Saichi está lleno de pasión ciega

Tiene Amida para sostenerse

 

 

 

Esa es la fe firme.

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