Jiroemon ~ Podcast número 84 en español

Podcast de Amida Shu 84: 20 de septiembre de 2020: traducido por Nando Maril

Había un una vez, hace mucho tiempo, en Japón (y creo que es una historia real) un hombre llamado Jiroemon. Era un hombre sencillo, un campesino, un obrero. Era miembro del Jōdo Shinshū. Esta es una rama del Budismo Tierrapura que sigue las enseñanzas de Shinran, un discípulo de Honen.

En la rama Jōdo Shinshū del Budismo Tierrapura es bastante común recitar el nembutsu en la forma Na-Man-Da. De esta forma: ♪♪♪  Na-Man-Da, Na-Man-Da, Na-Man-Da.

Jiroemon solía recitar el nembutsu en todas las ocasiones, y a menudo justo cuando estaba trabajando o mientras caminaba —♪♪♪ Na-Man-Da, Na-Man-Da, Na-Man-Da...

En aquel momento, Japón era una sociedad feudal y la clase dominante eran los samuráis. Los samuráis eran los jefes, y Jiroemon trabajaba para un samurái en particular. Los samuráis podían disponer lo que quisieran en ese momento, y tenían un poder absoluto sobre la gente común.

Cada samurái tenía su espada, que eran muy veneradas como objetos casi sagrados. La espada samurái  es una cosa terrible y muy afilada. Podría cortarte por la mitad con bastante facilidad.

Ahí que Jiroemon estaba haciendo su faena —♪♪♪ Na-Man-Da, Na-Man-Da, Na-Man-Da... —y su recitación del nembutsu, todo el tiempo, era muy irritante para su jefe, el samurái.

—¡Basta con eso! —dijo el samurái.

Pero Jiroemon continuaba —♪♪♪ Na-Man-Da, Na-Man-Da, Na-Man-Da...

El samurái se enfadó mucho y después de un rato dijo: —Sal al patio y espérame, yo iré y te cortaré la cabeza.

El samurái, realmente, no quería cortarle la cabeza a Jiroemon. Pensaba que, si daba esta instrucción, el hombre huiría para salvar su vida, y entonces el samurái estaría libre de tener que escuchar el terrible runrún de ♪♪♪ Na-Man-Da, Na-Man-Da, Na-Man-Da.

Un poco más tarde, el samurái fue al patio: —“¡Oh! ¿Qué estás haciendo aquí?

—Me dijiste que me quedara aquí y esperase a que me cortaras la cabeza, ♪♪♪ Na-Man-Da, Na-Man-Da, Na-Man-Da...

El samurái se sorprendió un poco. Bueno, estaba muy sorprendido. Entonces, sacó su espada y, por supuesto, esto generalmente inspiraría terror en cualquiera. Estoy seguro de que si viese a un samurái sacando su espada y a punto de cortarme la cabeza, me pondría a sudar. Sudando o no, Jiroemon simplemente se quedó allí —"♪♪♪ Na-Man-Da, Na-Man-Da...

El samurái se le acercó con la espada, y luego tuvo una gran crisis, tiró la espada y se quedó en un estado de honda emoción.

Hablaron. Se hizo evidente que el samurái había sido practicante del nembutsu, pero debido a sus malas costumbres (beber, ser mujeriego, matar gente, robar cosas) se había rendido. El sonido de Jiroemon recitando el nembutsu le llevó, indefectiblemente, de regreso a este período más inocente de su vida. Esto era muy problemático para él. El samurái estaba a punto de llorar. (Como samurái, se supone que no debes llorar).

Jiroemon y el samurái se abrazaron. A partir de entonces se hicieron buenos amigos a pesar de su gran diferencia de posición social. De esta forma, el nembutsu había devuelto al samurai a su corazón, a la parte intacta e importante de su vida.

Jiroemon continuó siendo obrero, trabajador y cumplió con su deber, recitando todo el tiempo:

—♪♪♪ Na-Man-Da, Na-Man-Da...

Namo Amida Bu
Muchas gracias
Dharmavidya

You need to be a member of David Brazier at La Ville au Roi (Eleusis) to add comments!

Join David Brazier at La Ville au Roi (Eleusis)

Email me when people reply –