Karma ~ Podcast número 54 en español

Podcast de Amida Shu 54: 22 de julio de 2020: traducido por Nando Maril

Me han pedido que diga algo sobre el karma. ¡Marchando en 5 minutos! Aquí va:

El karma es nuestro enredo en el mundo de las condiciones. Buda dijo que el mundo entero está en llamas. Podemos ser consumidos fácilmente por ese fuego. Es como si cada objeto que uno encuentra deseara poseerte y, descuidadamente, cayeras en la trampa, en el fuego.

Tendemos a pensar en el karma en términos de ganancias y pérdidas: ganar mérito y pagar nuestras deudas de karma negativo de eones de mal hacer. Sin embargo, eso es un poco como cavar un pozo en la playa por debajo del nivel del mar, se llena tan rápido como lo cavas.

Además, y supongo que este es un punto especialmente Budista, incluso el buen karma te vincula más estrechamente con el samsara, así como la posesión de riquezas no hace que una persona rica sea menos codiciosa. Un mayor beneficio solo fomenta un mayor enredo.

Durante varios años antes de su iluminación, Siddharta Gautama trató de pagar su deuda kármica mortificando el cuerpo. No funcionó. Por mucha penitencia que uno haga o, por el contrario, por mucho trabajo bueno que uno acumule, el balance nunca sale de números rojos. El mundo sigue ardiendo. Por tanto, uno debe encontrar la manera de caminar a través de las llamas. Este es el Camino de la Fe.

En el Sutra más largo de Tierrapura, se dice que la fe te permitirá atravesar el fuego al final del kalpa, cuando todo el universo se consuma. Pero no es necesario esperar hasta el final del kalpa. El karma ya está ardiendo.

Pero, mientras que el karma puede verse en términos de un cálculo de ganancias y pérdidas, Amida no tiene medida, no hay ganancia, no hay pérdida. Poner la fe en Amida es, en cierto sentido, volverse invisible al karma. Puedes verlo, pero él no te ve a ti. Este es el lado Yin. Lo bueno pasa: Namo Amida Bu. Lo malo pasa: Namo Amida Bu.

Todo, en el mundo, arde de deseo por ti. Quiere meterte en su drama. El karma es drama. El drama tiene un momento. Cada historia cautiva, se desarrolla y conduce a un desenlace. Y en este desenlace hay ironía. Y esta ironía es la narración del Dharma, pero en forma negativa. El karma trae dukkha y dukkha es la puerta de entrada, pero la mayoría de las veces no entramos. Volvemos corriendo al humo y nos atrapa el siguiente objeto que desea, solo para comenzar el siguiente ciclo nuevamente.

El karma es un depredador astuto. Es agradable ser deseado hasta que te devora. Entonces estás destrozado. Siempre con la esperanza de la felicidad y el placer, siempre temeroso de la infelicidad y el dolor, uno es vulnerable a toda seducción. Karma, el embaucador de la confianza, vaciará pronto tu cartera y se llevará todo lo que tienes.

La persona de fe sonríe al mundo de deseo y no se deja atrapar por él. Las hijas de Mara despliegan sus encantos como prostitutas al borde del camino, pero el Buda las ve solo como flores hermosas caídas del cielo para decorarlo.

La persona de fe mira el karma con los ojos de un amigo sabio: “Karma, te veo. Disfruto de tu exhibición, pero no tengo necesidad de comprar nada hoy. Te bendigo".

Namo Amida Bu

Muchas gracias

Dharmavidya

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