Podcast de Amida Shu 94: 10 de octubre de 2020: traducido por Nando Maril
Aquí está el podcast de hoy. Menciona al Maestro Chan Xu Yun 虛雲 (1840-1959).
Xu Yun se ordenó a los 19 años y pasó gran parte de los siguientes cuarenta años en peregrinaje, transfiriendo mérito para que sus padres pudieran nacer en la Tierra Pura. Cuando tenía 56 años tuvo un gran despertar mientras trabajaba con el kōan "¿Quién dice el nombre del Buda?" A partir de entonces, ofreció una gran cantidad de enseñanza y restauró monasterios. Después de la toma del poder comunista fue perseguido y torturado, pero persistió y logró que la persecución terminara al solicitarlo al gobierno. Tenía una gran cantidad de discípulos y fue el principal maestro Chan de su tiempo.
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La última vez hablé de la relación entre Tierrapura y Zen (y entre Zen y Tierrapura por supuesto). Es perfectamente posible que una persona que practica el nembutsu incluya también un período de zazen. Encajan bastante bien y, de hecho, esta es una de las formas más comunes de practicar el Budismo en China. Muchos chinos hacen lo que ellos llaman "práctica dual", lo que significa que practican Zen y Tierrapura; Chan y Tierrapura juntos como prácticas complementarias.
El Zen es la ruta directa a la iluminación y Tierrapura es una práctica natural para quien no ha llegado a la iluminación. Las dos van juntas en ese sentido. Sin embargo, si practicas nembutsu como practicante Zen, entonces, por supuesto, es probable que consideres el nembutsu como una especie de kōan o puedes convertirlo en un kōan formulando la pregunta: —¿Quién es el que dice el nombre del Buda? —o: —¿A quién llamo cuando digo Namo Amida Bu?
El kōan "¿Quién es el que dice el nombre del Buda?" es uno de los más utilizados en el Chan chino porque la práctica del nembutsu está muy extendida allí y fue recomendado por el gran maestro Xu Yun, quien fue el maestro Zen más destacado a principios del siglo XX.
Estos son koanes. Son koanes porque derrotan a la mente intelectual. La mente intelectual es un estructura mental en la que uno quiere ser el jefe. Al tener conocimiento, uno piensa que ha dominado las cosas. Si tengo conocimiento de algo, he lanzado una especie de hechizo sobre él, y en ese estado, creo que soy el maestro. Por tanto, la mente intelectual es una forma de inflación del ego.
Por supuesto, el nembutsu derrota este tipo de cosas. Al fin y al cabo, después de haber profundizado en este kōan con todas mis fuerzas, como dicen: —como un pez que tiene una bola de hierro atrapada en la mandíbula —y no puede tragarla ni escupirla. Cuando uno ha luchado con él de esta manera y llega al final de sus fuerzas, uno se da cuenta de que sea quien sea el yo que proclama el nombre del Buda y quienquiera que sea a quien llamo cuando digo: –Namo Amida Bu —, ¡por el amor de dios, necesito ayuda! Solo soy un ser ordinario.
Soy un simple mortal en medio de la situación más compleja y difícil. Aquí estoy rodeado por la infinita complejidad del mundo, del universo. Miro las estrellas y, en comparación, no soy nada. Soy un punto sobre un punto. O un punto sobre un punto sobre un punto. La galaxia en la que vivimos es solo un punto y nuestro sistema solar es un punto dentro de ella y la tierra es un punto dentro de eso y yo soy un punto en ese punto. No soy nada.
Por consiguiente, ¿dónde está mi poder para ser el amo de todas estas cosas? Porque conozca la distancia desde aquí hasta la estrella más cercana, ¿me convierte eso en un maestro del universo? No.
Cuando miro una margarita, nunca entenderé la complejidad de su belleza, pero aún puedo quedarme asombrado y respetarla desde el fondo de mi corazón. Y cuando hago eso, ¿qué queda en el camino de la práctica? Solo “Namo Amida Bu” —Por favor ayúdame. Solo soy un ser bombu en medio de este mundo asombroso.
Namo Amida Bu
Muchas gracias
Dharmavidya
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