Podcast GS33: 14 de mayo de 2021: traducido por Nando Maril
El otro día leí un informe de prensa sobre una pelea terrible entre el presidente Macron y su esposa. No leí los detalles del informe, pero pensé: “¿Qué esperas? Son una pareja. Las parejas tienen peleas". Pero, por supuesto, si eres el presidente de Francia, cuando te pelees y le grites a tu pareja, diciéndose mutuamente lo desconsiderados que habéis sido o lo equivocados que estabais en esto o aquello... estarás en la mira de todos. Y, por supuesto, el asunto se convierte en algo llamativo y escandaloso, pero en realidad es completamente normal. Cuando las personas viven juntas, trabajan juntas, pasan mucho tiempo juntas, es probable que tarde o temprano se peleen por una cosa u otra.
Los humanos están llenos de pasiones que hierven como un caldero pequeño. Hay celos, resentimientos, sentimientos heridos, desaires, etc. Si tenemos una gran fe, entonces, por supuesto, con cada una de estas erupciones podemos decir Namo Amida Bu y, con suerte, dejarlo pasar, esperando no decir mucho que haga que el dolor continúe; pero es esperar demasiado que tales cosas nunca sucedan.
Una sangha Budista no es inmune a esto. Afortunadamente en este momento, venturosamente, podríamos decir, la Sangha Global está libre de estas cosas... hasta donde yo sé, por el momento. Entonces, quizás sea un buen momento para reflexionar sobre ello, para que sepamos, cuando suceda, que no es el fin del mundo. No es tan extraordinario que un grupo de personas pueda albergar algunos conflictos o dificultades.
Cuando sucedan tales cosas, lo primero y más importante que hay que hacer es volver atrás y mirar en la propia fe y práctica. Es en un momento como este cuando aprendemos cosas realmente importantes sobre nosotros mismos. Descubrimos que no somos inmunes. Descubrimos que las pasiones hierven en uno mismo igual que en otras personas.
En este momento podríamos estar viendo las noticias: los conflictos en Israel, por ejemplo, donde dos grupos de personas se pelean por un pedazo de tierra y durante ese proceso se está matando a muchas personas, civiles, niños y demás. Es totalmente espantoso; pero también es muy humano, y las mismas pasiones que están causando esta enorme gresca, existen dentro de uno mismo.
Cuando giramos y nos miramos a nosotros mismos, encontramos que existe, como decimos en japonés, el akunin, la sombra de nuestra civilizada actuación social que nos ponemos ante todos para consumo externo. Dentro están todas las pasiones que motivan a los seres humanos en todo el mundo y algunas de ellas son bastante capaces de ser altamente destructivas. No es que miremos hacia adentro para eliminar estas cosas, sino más bien para darnos cuenta: esta es la naturaleza humana, y esto nos permite no emitir un juicio demasiado severo sobre la siguiente persona que esté igualmente enardecida. Al darnos cuenta de nuestro propio estado, podemos vivir en mayor compasión con todos.
Pero lo más importante es que también podemos darnos cuenta de que son precisamente personas así, como nosotros, las que son aceptadas y amadas por los Budas, y esta conciencia de ser aceptado tal como uno es, es algo que, cuando se asimila por completo, toca nuestro corazón de una manera verdaderamente profunda y transforma todo el sentimiento y el significado de nuestras vidas.
Namo Amida Bu
Muchas gracias
Dharmavidya
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