Podcast GS11: 1 de enero de 2021: traducido por Nando Maril

A raíz del podcast de la semana pasada sobre psicología Budista, me han pedido que hable un poco más sobre el tema y, en particular, sobre lo que dice la psicología Budista sobre las relaciones, sobre lo que sucede cuando hay un encuentro entre dos personas. Una conversación ocurre entre dos personas, podría ser entre un terapeuta y un cliente, entre un maestro y un discípulo, entre dos personas en la sangha que tienen una conversación entre sí, o simplemente entre dos personas que se reunen en la calle.

En todos estos casos, la mente está condicionada por lo que está sucediendo. Hemos establecido que uno de los fundamentos de la psicología Budista es que la mente está condicionada, la mente está moldeada por condiciones; algunas de estas condiciones están dentro de la persona y otras son externas.

En consecuencia, cuando hay una conversación entre dos personas (una interacción) podemos decir, en términos generales, que hay dos tipos de objetos para la mente. La mente está condicionada de muchas maneras, pero una de las más poderosas es el objeto que tiene la mente. Importa cuál es la dieta de la mente, importa con qué llenamos nuestras mentes. Este es el significado original de mindfulness [mente plena]: de qué está llena la mente. Esto marca la diferencia. Por lo tanto, intentamos llenar nuestra mente con Buda y Dharma, tanto como sea posible, para que nuestra mente esté condicionada de una forma buena.

En una interacción hay dos tipos de objeto mental:

  • Un tipo de objeto de la mente es el asunto del que habla la gente. El Buda animó a la gente tanto como fue posible a hablar sobre el Dharma y a hablar de las cosas de una manera que esté relacionada con el Dharma. Esto significa que el contenido de la interacción es dhármico y, por lo tanto, provoca o tiende a la liberación.

  • El otro tipo de objeto mental cuando tienes una conversación es, por supuesto, la otra persona. La otra persona es un objeto de la mente mientras interactúas con ella. Por tanto, la calidad de la persona importa. Eres un objeto para la otra persona y la otra persona es un objeto para ti. Por ello, ambas estarán ocupadas condicionándose mutuamente, sin importar de qué estén hablando.

La calidad que uno aporta a una interacción es importante; y ¿cómo establecemos una buena calidad? Bien, se podría decir que tienes que esperar hasta que estés iluminado antes de poder hacer algo útil, porque si eres un Buda, serás naturalmente un objeto sano. Sin duda esto es cierto. Para las personas que conocieron al Buda, él fue un objeto saludable para ellos, y su interacción fue liberadora, sin importar lo que hablara. Estoy seguro de que, incluso si sólo mantuvieron una conversación trivial, fue liberador estar con una persona así debido a la calidad de esa persona.

Pero estamos ‘en el mundo real’, somos seres bombu y somos seres bombu que nos encontramos unos con otros. Entonces, ¿cómo puedo evitar que mi ‘bombuidad’ sea simplemente el tipo de objeto que hace que la otra persona sea aún más bombu de lo que era antes?

Esta es una buena pregunta que nos podemos hacer y, por supuesto, hay una respuesta obvia que es que si puedo mantener mi mente lo más relacionada posible con los objetos de refugio (el Buda, el Dharma, etc.), estos cuidarán de mi mente y aunque soy un ser bombu, seguiré siendo un objeto sano para mi compañero de encuentro porque tengo el Dharma en mente; y el Dharma me protegerá y protegerá a la otra persona al mismo tiempo.

En definitiva, mantener el nembutsu cerca de nuestra mente en todo momento asegura que seamos objetos sanos. Aunque seamos bombu, seremos objetos sanos los unos para los otros.

Namo Amida Bu
Muchas gracias
Dharmavidya

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