Vanagloria de sí mismo ~ Podcast GS7 en español

Podcast de Amida Shu GS7: 24 de diciembre de 2020: traducido por Nando Maril

A menudo hablamos de entrenamiento budista. Mi maestra Kennett Roshi usaba mucho este término. A veces decía que el término ‘entrenamiento’ no era del todo correcto, pero que no podía pensar en un término mejor. ¿Por qué decía eso?

Cuando pensamos en entrenar, en un sentido mundano, generalmente estamos pensando en entrenar a alguien, o entrenarse a sí mismo, para ser algo o para ser alguien. Por tanto, uno, o una, podría formarse para convertirse en médico, abogado o albañil. O quizás, para ser tal o cual tipo de persona, quizás más asertiva o incluso más compasiva. Todos estos son entrenamientos para hacer algo de uno mismo.

En la verdadera formación Budista, sin embargo, uno entrena para no ser algo. Uno se entrena en cómo no hacer algo de uno mismo. En el Budismo, el yo es una ilusión y es visto como la raíz de todo engaño, la principal barrera para la liberación. Hablamos de codicia, odio e ilusión y el elemento de la ilusión en este trío es la vanagloria de uno mismo. Cubre cualquier tipo de pretensión o apego a la identidad. Eso es lo que intentamos superar.

Entonces, esto significa no afirmar que “soy tal y cual, y por eso debo ser tratado de tal y cual manera”. "Se me debe una atención especial". “Nadie debe olvidar que soy un caso especial...” Podría ser la idea de que soy de alguna manera superior, o de alguna manera inferior. Algunas personas están realmente comprometidas con la idea de ser una víctima y, por lo tanto, ser merecedoras de una consideración especial por eso. Otras están apegadas a su alto estatus. En definitiva, el entrenamiento Budista trata de superar tanto el "yo soy" como el "yo no soy".

Buda dice en la Vajracchedikā, por ejemplo, que aquel que no ha superado esto no es discípulo suyo. El maestro Lin Chi expresó la misma idea al decir que “hay una persona sin rango”. Incluso si uno ocupa un puesto, debe saber que en realidad es una persona sin rango. Uno no debe apegarse al papel. Puede que seas el jefe de esto o aquello, pero no eres nadie.

En el Sumario de Fe y Práctica decimos: “No pienses que tendrás éxito por ti mismo”. En la práctica esto significa simplemente: haz el trabajo, se útil, pero no deduzcas que, gracias a tu rol, eres especial. Significa que no debemos inventarnos la ilusión de pertenecer a una categoría especial.

La vanagloria de uno mismo pronto aparece en todos los asuntos de jerarquía. La persona bien entrenada, el bodhisattva, se siente igualmente a gusto ocupando una posición de superior, de subordinado o estando en una posición de igualdad. El bodhisattva puede entrar o salir de cualquiera de estas posiciones con facilidad. Sin embargo, la gente común tiende a tener dificultades al respecto. Cuando está subordinada, se vuelve resentida, pero cuando está en una posición de superioridad no puede manejar la responsabilidad y se vuelve egoísta. Y cuando se encuentra en una posición de igualdad, se vuelve competitiva o, alternativamente, abandona todo sentido de responsabilidad y deja la tarea a otros. Todo esto es vanagloria de uno mismo y, en la formación Budista, esto es precisamente lo que uno intenta superar y dejar ir.

Cuando decimos que el Tathagata nos acepta "tal como somos", queremos decir que nos acepta tal como somos en realidad. Es decir: gente sin rango. No es que nos acepte como nos gusta imaginarnos quiénes somos: como personas que necesitan una consideración especial y en las que se debe pensar de una manera especial. Esto es lo que se entiende por formación Budista.

Namo Amida Bu
Muchas gracias
Dharmavidya

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